Entrar en el templo expiatorio de la Sagrada Familia, la obra maestra inacabada del genial arquitecto Gaudí, es una de las mejores cosas que hacer en Barcelona.
Máximo exponente del modernismo catalán, Gaudí tomó las riendas de la construcción de esta iglesia en 1883, cuya primera piedra se había colocado un año antes, dejando todos los planos a futuros arquitectos para que terminaran la obra a su muerte, en 1926.
Con su maravilloso interior y exterior, podemos decir que la Sagrada Familia no se parece a ninguna otra iglesia del mundo, en gran parte gracias a la experiencia y a las nuevas técnicas utilizadas por Gaudí, creando un estilo naturalista en el que todos sus elementos se funden en completa armonía. Como curiosidad, podemos decirle que en el exterior destacan las tres fachadas dedicadas al nacimiento, la pasión y la gloria de Jesús, y que las torres alcanzarán los 172 metros cuando el monumento esté terminado.
Cuando esté terminada, será la iglesia cristiana más alta del mundo. Como puedes imaginar, ya estamos deseando verla en todo su esplendor.